lunes, 18 de abril de 2011

Cronica de la Novena Jornada

Buenas noches, amigos y seguidoras,
Decía el singular Montaigne que sin un puerto definido no existe viento favorable. Qué razón! Nosotros, no obstante, tenemos puerto y destino fijados desde hace meses por los que incluso en la tormenta encontramos vientos, ánimos que nos impulsen, nos acerquen a nuestro ansiado fin: Santiago de Compostela.
Estamos cerca. Muy cerca. Ya sólo nos separan .... cómo os lo diríamos.... un abanico entre 18 y 25 kilómetros, porque aquí lo del sistema métrico y el resto de medidas de longitud, al parecer no se estilan mucho.
Por fin hemos podido estrenar nuestros ponchos. La idea era devolverlos en Decathlon sin estrenar y recuperar así los euros del importe, pero los hemos tenido que usar y ya sabéis que volver a meter un poncho de Decathlon en su mini bolsa es más complicado que el cubo de rubik a oscuras.
Jornada de toboganes, o como diría el gran Ernesto: un auténtico rompepiernas. En honor a la verdad, debemos decir, sin falsas modestias, que estamos marcando un hito en la historia de este Camino. Muchos peregrinos se paran  cuando ven que nos acercamos y con sus miradas sentimos el reconocido aplauso, de verdad, nos tendríais que ver, tres Zatopek, pero con más estilo. Luego, al llegar a los sitios podemos oir los comentarios susurrados cuando pasan delante de nosotros y nos ven sentados en una terraza. Estamos contentos, porque en ningún momento es envidia lo que provocamos, sino admiración. Nos gusta ser un ejemplo para ellos y para los niños de las generaciones de peregrinos venideras.
Saludamos desde esta hora de la noche a nuestros amigos romanos, Luca y Bruno, generosos y ebrios y elevamos nuestros rezos para que lleguen sanos y salvos (nunca sobrios) a Muxía.
Mañana, nos recibirá Don Julián, arzobispo. Mañana, nos podréis ver y leer en La voz de Galicia, edición de Lugo, mañana, como decía Lope: Tanto mañana y nunca mañanamos.
Nos vamos a dormir, si tenéis pesadillas, ya lo sabéis: silbad, pero fuerte!
Un abrazo de Jesús, José Esteban y Oscar.

No hay comentarios: