lunes, 18 de abril de 2011

Al final del camino


Lamentan los luceros la belleza
de un ojeroso amanecer, envuelto
en el gris celofán de la tristeza
y de abatida pesadumbre absuelto.

Preceden los días de esperanza,
aguardan noches con sabor a miel
y en vísperas de atlética añoranza
despierta la ilusión en el hotel.

Aires compostelanos anticipan
primaveras rellenas de promesas,
forradas en papel azul turquesa.

Los vientos de León penas disipan,
arrastrando las dudas y el quejido
al venerado monte del olvido.

¡Feliz regreso!

Juan Jo

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