miércoles, 20 de abril de 2011

Día después de

Lo peor del Camino, sin duda alguna, es llegar. Aunque pueda parecer paradójico, es así, lo peor es llegar. Cuando llegas se desvanece la utopía en la que has estado viviendo durante unos días y comienzan a oírse (habían permanecido mudos mientras caminábamos) los engranajes de este mundo secundario que se frota las manos como un sádico al presentir que vuelve a esclavizarnos.
Hoy He dormido en mi cama, amplia. Echo de menos la estrechez de las camas pequeñas, los sonidos y el calor humano de una habitación minúscula (todas, cómo ólvidar la de Casa Caxigueiro...) en la que duermen tres amigos reventados.
Me he despertado a la misma hora, pero no he tenido que despertar a nadie para comenzar la liturgia, el ritual en que se había convertido el intercambio de cremas, ungüentos y vendajes con el que todas las mañanas comenzábamos la jornada, antes de los estiramientos, del desayuno y de emprender la marcha.
Ha sido algo maravilloso que en las siguientes semanas, quizás, pueda comprender y asimilar del todo, en su plenitud de múltiples sentidos y valores.
A José Esteban y a Jesús, gratitud eterna por dejarse despertar y despertar riéndose, por compartir camino y vida. A todos lo demás, gracias por acompañarnos a través de este espacio que no existe, habéis sido un aliciente y un impulso en alguna cuesta que picaba para arriba.
Creo que me voy a pasear.
Salud
Oscar

Ps: Para quienes no lo hayáis encontrado, aquí os dejo los enlaces de La Voz de Galicia en los que hablan de nosotros y de otros amores:
La Voz de Galicia
La Voz de Galicia 1

3 comentarios:

Tiñoso dijo...

Ya está bien de buenas palabras, coño, sois unos cabrones y nadie se atreve a decíroslo, unos auténticos cabrones por la envidia que nos habéis dado!

Doctor Vinilo dijo...

no hombre no, gracias a los botellines de mahou, porque sin ellos nos hubieseis tenido gasolina para llegar

Anónimo dijo...

Tienen que escribir a Mahou y que les regale toda la cerveza que puedan beber durante toda su vida. Sería lo suyo.